Llega Enero y es innato en nosotras el ver todo aquello que queremos hacer que no hemos hecho el año pasado.
La sensación de que el tiempo se evapora es muy real cuando nos estamos comiendo las uvas el 31 de Diciembre brindando por un nuevo año.
¿Has pensado en tus objetivos para este año y ya se te han olvidado? No, no, no, eso no puede ser. Por eso venimos nosotras, para que dejes por escrito todos esos pensamientos que se te pasaron por la cabeza y se los llevó el viento días más adelante…
Echemos la vista atrás.
Haz una imagen del todo el 2021. Míralo desde arriba.
– ¿Qué es lo que te hubiera gustado cambiar? Aquello que viniste arrastrando durante todo el año, pero nunca lo pusiste en marcha.
Pongamos un ejemplo concreto para que podamos hacernos una idea de todos los pasos que tenemos que hacer con ello: Quieres tener más ingresos extra al mes. Al fin y al cabo, una de las razones por las que emprendemos es para poder poner el precio que queramos a nuestras horas de trabajo.
No esperes un año más. ¿Y si pudieras conseguirlo este año? Hubieras perdido 12 meses de los beneficios que te darán ese objetivo. De ahí que pasemos al siguiente punto.
Visualiza el cambio
Piensa lo que significaría cambiar esa parte de tu vida. Cómo te sentirías ¿Estarías mejor contigo misma? ¿Te sentirías más realizada?
Siguiendo nuestro ejemplo, irás más holgada a final de mes. Ahorrarás para gastos futuros. Para meses de mucho gasto como puede ser Septiembre, o las vacaciones de verano.
Salir de tu zona de confort
Sabemos por qué has demorado en tomar acción… Por no salir de tu zona de confort. Esto conlleva miedos, aunque tu voz interior diga “¡Vamos a por ello que tú puedes!”.
Los objetivos son desafíos. Si no, no serían objetivos, sería una rutina.
Al final nos acostumbramos a quejarnos de lo mal que nos pagan, del mal ambiente del trabajo, de que en mi ciudad no hay trabajo, y otras escusas, pero es falta de valor de hacer cosas nuevas, de salir de nuestra zona de confort. De saber que puedes ser más feliz haciendo otras cosas.
Escucha esa voz interior. Es el sexto sentido.
Un objetivo con cabeza
No saltes a la piscina sin saber si está llena. Organiza tu objetivo. Debe de ser un objetivo SMART (Specific, Mesurable, Attainable, Relevant, Timely).
Lo haremos con nuestro ejemplo
– Específico – Quiero ganar un extra al mes
– Medible – Quiero 300€ más al mes
– Alcanzable – Pensando que todavía estamos trabajando por cuenta ajena, no es una cantidad elevada para empezar. No podríamos poner 500€ o 1000€ porque eso sería mucho, a no ser que tengamos la jornada completa para trabajar como Asistente Virtual. En ese caso sería bastante viable.
– Relevante – importante en la economía personal o familiar. Me sentiré más realizada. Quiero lanzar algo mío propio.
– Temporal – quiero lograrlo a lo largo del 2022. No te lo propongas en un mes, ni en dos años. Entre 4 y 10 meses sería adecuado.
Nosotras añadiríamos una parte más al objetivo Smart, y es que debes de ponerte fecha de empiece. Si no, nunca vas a empezar, seamos sinceras. Organiza tu semana y busca huecos en los que darás prioridad a sacar a tu objetivo adelante. Dale así la importancia que tiene y sobre todo el cambio que traerá a tu vida.
Escríbelo
Comentamos el escribirlos en la agenda, o block de notas que tengas, para que puedas ponerlo en marcha, para que lo veas más real, y verlo de vez en cuando para ver si se está cumpliendo, o debes de hacer alguna nueva acción para ello.
Además, activarás una parte de nuestro cerebro llamada SAR (sistema de activación reticular), la cual cumple un rol importante en nuestra supervivencia desde el principio de la especie humana. Cuando enviamos un mensaje a nuestro SAR sobre la meta que queremos alcanzar, éste lo guarda y lo pone en acción de un modo inconsciente para que de esa forma nuestro cerebro siga pensando en el objetivo y vea cómo conseguirlo con todas las fortalezas de nuestro interior y las fortalezas de nuestro alrededor.
Hazlo real.
¿Y bien, cuándo quieres empezar a conseguir tu objetivo de este 2022?